1. Elige una buena pieza de salmón y límpiala bien.
2. Congélala durante al menos 72 horas.
3. Córtale la cabeza y pártelo de forma transversal. Una vez abierto,
quítale la espina central y la cola, que puedes aprovechar junto con la cabeza
para hacer un caldo, por ejemplo.
4. Las espinas sueltas y más pequeñas puedes quitarlas con ayuda de
unas pinzas.
En el salmón normalmente las espinas están alineadas, tenlo en cuenta.
De todas formas, si tienes dudas para saber si te has dejado alguna, puedes pasar la yema de los dedos por encima en diferentes direcciones.
En el salmón normalmente las espinas están alineadas, tenlo en cuenta.
De todas formas, si tienes dudas para saber si te has dejado alguna, puedes pasar la yema de los dedos por encima en diferentes direcciones.
5. Tenemos un salmón cortado en dos mitades a lo largo y limpias.
Colocamos cada trozo en un plato o fuente alargada con la piel hacia abajo,
cuidando que el recipiente no sea demasiado llano, porque la pieza irá soltando
agua al ir marinando.
Se pueden hacer juntos, pero es más sencillo hacer las piezas por separado.
Se pueden hacer juntos, pero es más sencillo hacer las piezas por separado.
6. En un bol mezclamos 8 cucharadas soperas de sal y 8 de azúcar y
mezclamos bien. Añadimos una cucharada de eneldo y volvemos a mezclar.
Cubrimos los trozos de salmón con la mezcla y lo tapamos bien herméticamente con film transparente.
Cubrimos los trozos de salmón con la mezcla y lo tapamos bien herméticamente con film transparente.
7. Metemos el salmón en la nevera y ponemos peso encima para que
suelte agua más rápido y quede “prensado”. Yo suelo poner bricks de leche o
zumo.
8. Tendremos que ir cambiando la sal y el azúcar cuando veamos que
esta totalmente líquido. El salmón irá soltando agua al ir macerando.
Dependerá del tamaño de la pieza, pero en un par de días normalmente está listo.
Lo sabremos porque cambia de color a más oscuro y la carne se vuelve más firme.
Dependerá del tamaño de la pieza, pero en un par de días normalmente está listo.
Lo sabremos porque cambia de color a más oscuro y la carne se vuelve más firme.
9. Cuando está marinado, lo lavamos ligeramente bajo el agua y con
papel de cocina absorbente, para quitar lo que pueda quedar de sal o azúcar.
10. Cortamos el salmón en lonchas muy finas que colocaremos en una
bandeja. La forma correcta de cortarlo colocado la palma de la mano sobre el
lomo y pasando el filo del cuchillo por debajo.
El corte debe dejar ver las vetas blancas del salmón en diagonal. Rociaremos ligeramente con un poquito de aceite de oliva para que le de brillo, y espolvoreamos de nuevo con eneldo picado.
El corte debe dejar ver las vetas blancas del salmón en diagonal. Rociaremos ligeramente con un poquito de aceite de oliva para que le de brillo, y espolvoreamos de nuevo con eneldo picado.
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