La asertividad es la habilidad de ser claros y directos, sin herir ni atacar a los demás. Se trata de respetarse uno mismo y respetar a los demás, defendiendo nuestros derechos.
Hay tres tipos de conductas que
podemos adoptar:
1.
Postura pasiva: Permitimos que otras personas decidan
por nosotros, aceptamos cosas y situaciones que no queremos, y eso nos hace
perder el respeto por nosotros mismos, por no hablar del peligro que tiene el
poder estallar como una olla expres en cualquier momento por toda la tensión
acumulada.
2.
Postura agresiva: Imponemos nuestra voluntad a los
demás.
3.
Postura asertiva: es el punto intermedio entre la
pasividad y la agresividad. Nos expresamos de forma honesta respetando a los
demás y respetándonos a nosotros mismos.
Si no eres una persona asertiva,
puedes aprender a serlo. Ser asertivo es ser consciente de tus sentimientos sin
dejarte llevar por las emociones. Podemos incrementar nuestra asertividad
siguiendo los siguientes consejos:
- Aprende a
expresar tus sentimientos al defender tus derechos. Compartir lo que
sientes, favorece las relaciones con los demás, y además invita a que
todos hagan lo mismo.
- Resuelve los
problemas en las primeras fases. No permitas que ninguna situación te
lleve al enfado.
- Muestra
naturalidad y tranquilidad al hablar. Nadie es más ni menos que nadie.
Simplemente transmite tu mensaje con claridad.
- Cuando no estés
de acuerdo con algo o no quieras hacer algo, exprésalo. No te calles, y
aprovecha a argumentar en base a cómo te hace sentir ese hecho.
- Conversa de
forma tranquila y cómoda, sin atacar ni faltar al respeto a los demás.
- No te sientas
mal por exponer tus deseos. No tiene nada de malo, aunque nos hayan
educado en que no es correcto anteponer nuestras necesidades a las de las
demás.
- Incrementas tu
autoconfianza y autoestima.
- Sólo puedes
aprender a desarrollar tu asertismo mediante experiencias reales, se trata
de practicar y mejorar.
- Cuando expresas
tus deseos y no te callas, consigas tus propósitos o no, te sientes mejor
y más feliz contigo mismo.
- Si no defiendes
tus derechos y no te respetas a ti mismo, los demás pueden interpretar que
tampoco deben respetarte.
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