A partir de los 35
las mujeres entramos en crisis. El vida pasa demasiado rápido y no nos da
tiempo a nada. Todos los planes que hicimos para hacer antes de los 30 han
fallado, y no sabes qué hacer porque tu listado de cosas pendientes en esta
vida, está sin tachar.
Suele decirse que cuando
no tienes claro si quieres algo o no, es que no lo quieres, porque cuando de
verdad quieres algo estás completamente seguro.
Bueno, pues en la
práctica esto no es así, te van a surgir mil dudas y NUNCA va a ser el momento
adecuado: cuando tienes dinero no tienes tiempo, y cuando tienes tiempo no
tienes dinero, por no hablar tener pareja, o de si quieres tenerlo con ella…
El problema de todo
esto para las mujeres es que no hay vuelta atrás, tenemos una injusta fecha de
caducidad para tener hijos, y nunca nos va
a venir bien. La conciliación familiar es una utopía, desde hace años se viene
hablando de que hay que hacer algo para mejorarla, pero no se hace nada. ¿El
día sigue teniendo 24 horas para todos, no?
Tener un hijo es un
gran cambio que te afecta en tu vida para siempre, y muchas veces el miedo a lo desconocido y no ser capaces, nos
bloquea. Siempre podemos contar con ayuda (guarderías, canguros, abuelos…etc)
pero siempre será nuestro hijo y lo ideal sería poder estar tiempo con él y
verle crecer. Tristemente, por causas ajenas a nosotros, muchas veces esto no
es posible. No te culpabilices, no te pasa sólo a ti, no hay nada de malo:
intenta compensarlo haciendo que el tiempo que paséis juntos sea “de calidad”,
y no le sobornes con regalos.
Es una decisión
complicada y muy personal. Si decides finalmente tener hijos, adelante, y si
decides que no quieres tenerlos, adelante también. No hay una solución correcta
para este dilema, porque las dos decisiones son correctas, no hay una mejor que
la otra.
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